El capricho de Gaudí
El Capricho es obra contemporánea de la Casa Vicens (1883-1888), uno de los primeros edificios de Gaudí. Esta obra será fundamental en el devenir de la carrera del arquitecto, y esenciales para el estudio de su trayectoria. Ambas definen el estilo de su primera época, que se distingue, como señala L.E. Cirlot, por influencias mudéjares, orientales y medievales.
La construcción del Capricho fue dirigida a pie de obra por Cristóbal Cascante, amigo y compañero de promoción de Gaudí, ya que simultáneamente éste estaba levantando la casa Vicens en Barcelona. Las obras concluyeron en el año 1885, aunque faltaron algunos detalles que no pudieron acabarse por la premura de su dueño, ya que se encontraba enfermo y apenas pudo disfrutarla, pues falleció una semana después de instalarse.
La casa en sí fue construida para Máximo Díaz de Quijano, cuñado del Marqués de Comillas, por lo que su nombre oficial es en realidad Villa Quijano. Se ganó el nombre de Capricho no solo porque se construyó por “capricho” del propietario, sino también porque era un apasionado de la música; el enorme patio acristalado permitía actuaciones de animados caprichos.
Destaca esa llamativa combinación de colores que se repite en las tejas y ladrillos de arcilla roja y las tejas de girasol verde y amarillo. La torre central inspirada en el minarete agrega un toque de estilo renacentista mudéjar a una casa convencional. Además, Gaudí distribuyó las habitaciones del Capricho en base a las actividades del día a día, haciendo que, a su vez, siguieran la trayectoria del sol (por ello el símbolo principal de este edificio son los girasoles).
El capricho, origen de Gaudí.
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